Pese a la buena voluntad de la República Islámica de Irán en los diálogos con G5+1 y la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Washington, utilizando la táctica del gendarme bueno y el malo, ha vuelto a amenazar con una acción militar contra la nación persa.
En este sentido, la Casa Blanca, desempeñando el rol del buen policía, ha advertido este martes a su Congreso (supuestamente en el papel del policía malo) que de oponerse a un acuerdo con Irán, esto podría conllevar a la guerra, así ha informado la agencia francesa de noticias AFP.
El portavoz presidencial, Jay Carney, ha hecho estas afirmaciones ante los legisladores que han rechazado un acuerdo provisorio con Teherán.
Carney ha asegurado que si las vías diplomáticas de la Administración Obama se ven bloqueadas, tendrán muy pocas opciones por delante, entre ellas la militar.
El vocero ha señalado que "los estadounidenses no quieren ir a una guerra", sin embargo, ha añadido que si el Congreso obstaculiza los diálogos "la (otra) alternativa es la acción militar".
Cabe señalar que, algunos congresistas proisraelíes norteamericanos hacen presión para que continúen las acciones punitivas contra el programa nuclear iraní, al que acusan falsamente de perseguir fines bélicos.
El lunes, en el marco de un acuerdo entre Irán y la AIEA, el país persa se comprometió voluntariamente a permitir la visita de los inspectores de la agencia a la planta de agua pesada de Arak, en el centro de Irán.
Una reciente ronda de diálogos nucleares entre Teherán y el Sexteto (EE.UU., Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania), celebrada en Ginebra, Suiza, finalizó sin un acuerdo concreto, según varias fuentes, a causa de las dudas planteadas por Francia sobre las garantías ofrecidas por Irán.