Un grupo de investigadores sudafricanos identificó los restos de un cometa que entró en la atmósfera de la Tierra hace 28 millones de años; un fenómeno que produjo una lluvia de fuego que arrasó toda forma de vida en su camino.
El estallido, ocurrido en Egipto, aumentó la temperatura de la arena en el desierto del Sáhara hasta los 2000°C creando grandes formaciones de cristal de silicio amarillo.
David Block, investigador de la universidad sudafricana de Witwatersrand, explicó que “los cometas son únicos, extraordinarios porque llevan material muy prístino de nuestro sistema solar y de más allá. Es como si una fábrica de productos químicos itinerante entrara en la atmósfera y explotara en nuestro planeta. El cometa explota: se crean cristales que saltan en pedazos y se funden en una especie de lago de fuego que abarcó unos 6000 kilómetros cuadrados”.
Los estudios respecto a este cometa empezaron cuando un geólogo egipcio halló en 1996 una misteriosa piedra negra que estaba dentro de una de las joyas pertenecientes al faraón Tutankamon.
Los investigadores destacan que se trata de "la primera prueba de un cometa que entró en la atmósfera terrestre y explotó", y que la piedrecita de 30 gramos tenía un "componente extraterrestre".
“La NASA y la Agencia Espacial Europea gastan miles de millones de dólares diseñando naves espaciales con las que tratan de impactar el núcleo de un cometa. Creo que lo increíble de este descubrimiento también está en que no necesitamos ir al espacio para recoger el material, el material está aquí”, agregó Block.